Por qué el multitasking no te hace mejor

Razones por las que el multitasking no existe ni te hace mejor
Estudios demuestran que no existe la capacidad de hacer múltiples tareas, por lo que al forzarnos, terminamos generando más problemas que soluciones.

Por María José Leiva.

Hacer varias cosas al mismo tiempo: conversar con alguien mientras chateamos con otro, trabajar varios archivos al mismo que revisamos Facebook, manejar con la radio encendida cuando hablamos por teléfono, ¡son tantos los ejemplos!

Vivimos “contra el tiempo”, buscando aprovechar al máximo cada minuto mientras, a la vez, somos bombardeados con información. ¿Cuál es la paradoja? Que aunque le saquemos el jugo a cada segundo, igual sentimos que tenemos menos tiempo.

Las investigaciones recientes plantean que nuestro cerebro no es capaz de realizar varias tareas paralelamente, es decir, que el multitasking no existiría como tal. ¿Será posible?

Earl Miller, neurocientífico del MIT, plantea que nuestro cerebro no está hecho para hacer muchas tareas a la vez. Y que si bien puede almacenar mucha información, sólo puede expresar uno o dos pensamientos conscientes al mismo tiempo.

¿Qué efecto tiene entonces la multiplicidad de tareas en nuestro cerebro? Miller dice que creemos que hacemos multitasking, pero en realidad nuestro cerebro está pasando de una tarea a otra intermitentemente, haciendo que gaste mucha energía.

Y esto se traduce en pensamientos más superficiales y menos creativos, además de hacer que nos volvamos más lentos y cometamos más errores. El multitasking sería entonces una forma de “forzar la máquina”, generando estrés y una idea de urgencia poco real.

 Por otro lado, el multitasking tiene un importante componente adictivo. Como dicen los investigadores de la neurociencia, “al cerebro le encanta distraerse”, por lo que si estamos con el teléfono cerca será casi inevitable revisarlo.

¿Cómo hacer para enfocarnos en una sola tarea a la vez? ¡Toma nota de estos tips!

1. PLANIFICA: Organiza tu tiempo priorizando tareas. Una buena manera de hacerlo es elaborar una lista separando las urgentes de las importantes, las delegables y aquellas que pueden esperar.

2. ENMARCA: Define cuánto tiempo seguido vas a trabajar. Al hacerlo ten en cuenta que nuestra capacidad de atención tiene un ciclo, por lo que el trabajo debiese contemplar pausas cada 1 hora 30 aproximadamente.

3. DESCONECTA: ¡Elimina la distracción! Saca de tu espacio de trabajo objetos como el teléfono, manteniéndolos en silencio y fuera de tu vista.

4. RECARGA: Tomar una decisión difícil o trabajar largas horas produce fatiga cerebral. Para recargarte haz ejercicio, ya que permite redistribuir el 2% de las neuronas que se utilizan en otras partes del cerebro y así descansar a las responsables de la lógica y la razón. Dormir alrededor de 8 horas, comer bien e hidratarse también son acciones eficaces para recargar la energía cerebral.

¿Te animas a intentar estos consejos?

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