Si ya estás en campaña para bajar de peso para el verano, sigue estos consejos y evita que los kilos perdidos se conviertan en otro problema.
Por Patricia Lecaros.
Para muchos ya empezó el tiempo de ajuste alimenticio para prepararse para la playa y la piscina. Y aunque en principio suene rara la conexión, en este proceso hay algunos que terminan cambiando no sólo su relación con la comida, sino que también con las compras.
¿Puede ser que la forma en la que nos vinculamos con la comida sea similar a la que tenemos con el dinero?, ¿Son ambos elementos sustitutos de la autoestima?, ¿Es posible adelgazar y reaccionar como shopaholic o comprador compulsivo?
Según estudios realizados por prestigiosos investigadores de la Universidad de Bath y la Universidad de Oxford, la respuesta es un rotundo sí.
Se ha observado que existen características psicológicas, como la alta impulsividad y la dificultad para darse cuenta de las emociones propias, que hacen que una persona sea proclive al sobreconsumo de comida y compras bajo estados de tensión, ansiedad o estrés. Por ende, cuando se restringe la alimentación pueden aumentar las conductas de compras como forma de buscar calmar la ansiedad.
¡Y derribemos mitos! Aquí no importa si eres hombre o mujer, sino tu propensión a los atracones o binges (como se conocen en inglés): episodios de alto consumo vividos con descontrol y posterior culpa, que pueden estar relacionados con cualquier sustancia o conducta que dé un placer momentáneo, alto e intenso.
¿Cómo evitar caer en este tipo de situaciones? Tómate una Pausa y sigue estos 3 consejos:
1. DESARROLLA TU RADAR EMOCIONAL: cuando te ocurra algo que provoque un malestar, para y tómate un tiempo para ver de qué se trata.
2. EVACÚA A UNA ZONA SEGURA: al igual que ante una alerta de tsunami conviene alejarse de la zona costera, frente a un malestar emocional y el enfrentamiento con la comida, casino o mall, es preferible dar un paso al costado y optar por actividades que propicien serenidad. Darte una tina, salir a caminar o escapar a lugares cerca de la naturaleza son opciones de bajo costo y riesgo.
3. ENTIENDE DE DÓNDE PROVIENEN LOS IMPULSOS: participar en un proceso psicoterapéutico es otra buena práctica. En una terapia, podrás indagar de dónde surgen los impulsos de sobreconsumo, cómo se han reforzado en la historia personal y familiar, qué tendría que ocurrir para que desaparecieran y encontrar otras respuestas que vuelvan a entregarte el control frente a las dietas, las compras y tu vida en general.