Pequeños cambios en tu rutina para evitar el estrés y sus problemas asociados.
Por María José Leiva.
¿Sabías que tener un momento de relajación en el día puede ayudarte a bajar tus niveles de cortisol, la hormona del estrés?
Es que aunque este estado mental nos permite adaptarnos a los cambios y responder rápidamente frente al peligro o la urgencia, cuando se mantiene de manera sostenida produce una sobrecarga que afecta tu sistema nervioso, endocrino e inmunológico.
La investigación publicada en los últimos años muestra como el estrés crónico genera una mayor ansiedad, insomnio, depresión, obesidad, diabetes y aumento de enfermedades cardiacas.
¡Pero no te asustes! La buena noticia es que cientos de investigaciones avalan también que la relajación diaria y actividades como el yoga y mindfulness – si te interesa el tema te recomiendo leer a Kath Bennett– producen una reducción de los indicadores de estrés, mejorando además la atención y memoria.
¿Qué mejor entonces que incluir esta práctica a tu rutina? Para integrar este u otro nuevo hábito, los expertos dicen que debemos repetirlo diariamente por 90 días para que quede grabado y firme en nuestro cerebro. Algunas ideas para relajarse:
- RESPIRA PROFUNDO: Deja tus actividades por un momento, pon tus manos sobre el abdomen y haz tres respiraciones profundas. Luego respira normalmente poniendo atención en cómo entra y sale el aire de tu cuerpo.
- SONRÍE: Cuando relajamos la mandíbula y hacemos el gesto de curvar los labios en una sonrisa, nuestro cerebro se siente más contento.
- TOMA UNA DUCHA: Disfruta el agua sobre tu cuerpo y verás que al terminar te sientes distinto.
- ESCUCHA MÚSICA: ¿Eres más bien auditivo? Usa entonces la música como forma de relajación. Busca aquella que te genera un estado emocional positivo y que te induce a la sensación de calma.
- HAZ ACTIVIDADES MANUALES: Al usar las manos nuestro cerebro ejecutivo descansa y se activan áreas relacionadas con la creatividad. Date espacios para actividades como tejer, maestrear, jardinear o cocinar.